El Born se ha convertido en uno de los coches eléctricos más esperados del año. Desde su presentación oficial, los entusiastas de la movilidad eléctrica y los seguidores de la marca han puesto sus ojos en este modelo, que promete combinar prestaciones deportivas, autonomía competitiva y un diseño atrevido. Tras varias semanas de pruebas en distintos tipos de carretera, podemos contar cómo se comporta realmente este vehículo en el día a día.
El Born es el primer coche completamente eléctrico de Cupra diseñado desde cero para este propósito. Aunque comparte plataforma con el Volkswagen ID.3, la marca española ha buscado imprimirle un carácter propio, más orientado a la conducción deportiva y a la experiencia del conductor.
Primeras impresiones: diseño y presencia en carretera
Nada más acercarse al Born, llama la atención su diseño exterior. Las líneas son fluidas y compactas, con una postura baja y ancha que denota estabilidad. Los faros Full LED con firma lumínica específica de Cupra y los detalles en cobre de la parrilla, retrovisores y logotipos confieren un aspecto moderno y distintivo. Aunque es un hatchback compacto, la sensación de solidez es inmediata.
En carretera, esa postura no es solo estética: el coche transmite seguridad y aplomo. A velocidades de autopista, el Born mantiene estabilidad sin esfuerzo, y las suspensiones —firmes pero no incómodas— absorben irregularidades de manera efectiva. Incluso en curvas rápidas, el coche se muestra neutro, con un subviraje controlado y una respuesta precisa de la dirección.